My first day in Cape Cod

Un 23 de junio de 2019 cogí un vuelo hacia Nueva York para emprender la mayor aventura de mi vida: un verano como J1. Y esto diréis ¿qué es?. Pues ser J1 es un estudiante que en verano puede conseguir una visa para trabajar en Estados Unidos temporalmente. 

Cuando me dieron a elegir, nunca pensé que acabaría en Cape Cod, pero sin duda ha sido la mejor de mis elecciones. Barajé diferentes destinos de Norte América como California, New Jersey o Miami, pero por unas razones u otras, se complicaba demasiado para que todos los factores fueran buenos, así que un 22 de marzo uno de los mejores resorts de Massachussets me hizo una entrevista por Skype y comenzó el que, probablemente, haya sido el mejor verano de mi vida.

Cogí un vuelo al aeropuerto JFK y de allí un coche que me llevaría al Cabo. Al subirme a aquel coche y ser consciente de que estaba pasando por las calles de una de las más grandes e increíbles ciudades del mundo, por poco se me caen las lágrimas. Cruzamos un puente desde cual teníamos las vistas de Times Square y el Empire State al fondo.

En el trayecto cruzamos muchas ciudades y poco a poco se fueron convirtiendo en pueblecitos, en medio de la nada, llenos de verde (o eso creo, porque era de noche). No podía imaginarme que después de casi diecisiete horas de viaje, llegaría a aquel lugar de casitas de madera bajas, azules y blancas, rodeadas de árboles y carreteras solitarias. Ese lugar que era muy diferente a todo lo que yo estaba acostumbrada, pero me reconfortaba pensar que sería mi hogar los próximos tres meses.

Amaneciendo, abrí la puerta de la habitación número dos, y allí estaba ella: pequeñita, morena, medio dormida y con una sonrisa en la cara:

"Tu debes de ser Claudia, yo soy Kai ¡encantada de conocerte compañera de cuarto!"

No podía creerme que mi compañera de habitación fuera a estar despierta a las cinco de la madrugada solo para presentarse y en ese instante fui consciente de que ella sería un pilar fundamental en mi aventura.

Me duché, deshice un poco la maleta, me arreglé y sin apenas haber dormido en casi 24 horas, me subí a un autobús, lleno de desconocidos vestidos de uniforme, para ir a la orientación de mi nuevo trabajo en ese lejano, inmenso y maravilloso hotel: Wequassett Resort and Golf Club.

One 23th of june of 2019 I took a flight to New York to start the most adventure of my whole life: one summer as J1. And you would ask yourself, what is it?. Being a J1 is being a student that in sumer is getting a visa to be able to work temporarily at the United States.

When they gave me a choice, I never thought that I would end in Cape Cod, but it has certainly been the best of my choices. I shuffled different places of North America as California, New Jersey or Miami, but for some reasons or others, it got complicated to match all the best factors, so one 22nd of march one of the bests resorts of Massachussets made me an skype interview and it was, probably, the beggining of the best summer of my life.

I took a flight to JFK airport and then a car to The Cape. As I got into that car and became aware that I was passing through the streets of one of the largest and most incredible cities in the world, my tears almost fell. We crossed a bridge from which we had views of Times Square and the Empire State Building in the background.

On the way, we crossed many cities and little by little they became small towns, in the middle of nowhere, full of green (or I think so, because it was night). I couldn't imagine that after almost seventeen hours of traveling, I would arrive at that place of low, blue and white wooden houses, surrounded by trees and lonely roads. That place was very different from everything I was used to, but it comforted me to think that it would be my home for the next three months.

At down, I opened the door of the room number two, and there she was: little, dark hair, dark, half asleep and with a smile on her face:

"You must be Claudia, I'm Kai, nice to meet you roommate!"

I couldn't believe that my roommate was going to be awake at five in the morning only to introduce herself and in that moment I was aware that she would be a fundamental pillar in my adventure.

I showered, unpacked my suitcase a bit, got ready and barely slept in almost 24 hours, I got on a bus, full of strangers dressed with uniform, to go to the orientation of my new job in that far, huge and wonderful resort: Wequassett Resort and Golf Club.